viernes, 26 de septiembre de 2008

El primer día


A las once de la mañana mi madre me despierta eufórica para que atienda el teléfono. En mi cuarto, una pared salpicada de colores, otra con fotos y en otra un dibujo de Picasso que muestra, como siempre, a aquellos dos amantes sonrojados que beben vino y se masturban mientras posan.

Hace un año que duermo desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde. También hace un año que, entre las nueve de la mañana y las tres de la tarde, no frecuento ningún bar.

La persiana oscurece todo el cuarto salvo por un rayo de luz que me encandila mientras atiendo la llamada. Al teléfono, el gerente de una empresa ecuatoriana quiere contratarme durante un año como redactor. La sensación de estar en un sueño disminuye cuando aquella voz me dice, al ritmo de salsa o merengue, que la doctora Laura le ha entregado mi hoja de vida: dos semanas antes, en medio de una maratón de bebida y escritura yo había recibido un mail de Laura, y aún recordaba la sensación de no querer hacerme ilusiones… de no tomarme las cosas tan en serio.

-Bueno, Franco, estamos interesados en contratarlo y tenemos una oferta para hacerle.

-Lo escucho –le dije con los ojos vidriosos y a punto de bostezar.

-Mire, podemos ofrecerle un apartamento amueblado, comida y seiscientos dólares al mes…

-¿Y quién se encargaría de mis papeles y trámites? –le dije con la certeza de que algo no me permitiría viajar.

-Nosotros. Usted sólo saque su pasaporte, los trámites los haremos aquí.

Nos despedimos y regreso a mi colchón sobre el suelo, ahora con una gran sonrisa de tranquilidad.

martes, 23 de septiembre de 2008

En algún momento de junio


Dentro de la oficina los cuadros gigantes sobre las paredes de cristal nos protegen de las miradas de gerencia, pero de todos modos nos dejan ver el cuerpo decidido que marcha con violencia hacia nosotros. La puerta se abre y la cabeza del Ingeniero se asoma rígida con una frase: a partir de hoy el horario de salida es a las siete y media de la tarde. Cuando la puerta se cierra, el equipo de redacción y yo quedamos en silencio, ellos sentados, yo de pie.

Pronto, mi mano aprieta con fuerza su brazo siempre desprotegido por la manga corta de su camisa a cuadros: Ingeniero. ¿Sabe qué le diría una prostituta si usted quiere media hora más, sin pagarle...? Lo acerco a mí con firmeza, ¿sabe qué le diría? Y esta gente es peor que las putas, Ingeniero, digo, por eso no los respeto… pero yo no soy así… D í g a m e u n a c o s a, ¿usted me quiere media hora más por nada?

Frente a frente, mi aliento en su cara y la vista clavada en sus ojos. El ingeniero helado, de su frente mojada de transpiración una gota se desprende hasta una de sus cejas blancas. Me diría que desde luego que no, que yo no debía trabajar de esa forma, que a mí sí me pagaría… Claro que si le dijera eso…

lunes, 15 de septiembre de 2008

la caja no es más de goma

Caja de Goma dice:
je
Caja de Goma dice:
y bueno, mandame un mail
de one dice:
pero vos no me dejaste
de one dice:
la caja ya no es de goma
de one dice:
ahora
de one dice:
es de gruessa madera
de one dice:
rígida
Caja de Goma dice:
jelow
de one dice:
y decían
que lo que no se dobla se partía!
de one dice:
mentira!
la caja de goma se partió!
de one dice:
se partió y era de goma!
de one dice:
hoy es un día negro para los blogs
Caja de Goma dice:
se partio hace tiempo
Caja de Goma dice:
y estoy contento con mi decision
Caja de Goma dice:
creo q me permitira escribir con mas libertad
de one dice:
hablaron mal de vos entre ellos?
de one dice:
injustos!
de one dice:
injustos de goma!
Caja de Goma dice:
quien?
de one dice:
no sé goma
Caja de Goma dice:
decime quien q lo mato
de one dice:
pero yo sentí algo raro cuando entré a la caja
de one dice:
hace tiempo
sentí algo raro
de one dice:
es que tu política de goma generó un hambiente medio raro en un momento
de one dice:
a mi me hizo sentir bien, y después vacío
de one dice:
como el sexo
Caja de Goma dice:
je
Caja de Goma dice:
yo creo q la gente dejo de comentar porq la maltratè de mas
Caja de Goma dice:
pero bueno
Caja de Goma dice:
son way of lifes
de one dice:
goma
de one dice:
yo quería decirle algo, y usted no me dejó
de one dice:
la caja ya no es más de goma
de one dice:
cambie el nombre, cierre el kiosco y no se de vuelta a mirar los escombros
Caja de Goma dice:
jamás!

acomodó la cámara

Acomodó la cámara, la programó en automática, corrió hacia la cama: una lucecita se prendía y se apagaba más y más rápido hasta que sacó la foto. Se acercó a la cámara, volvió a programarla, ahora cambió de pose.

Conectó la cámara digital a la computadora y seleccionó algunas fotos. Volvió al cuarto, acomodó la lámpara para que alumbrara mejor la cama y volvió a fotografiase.

Antes de dormir lavó un par de medias y un calzoncillo en la pileta del baño, luego los colgó junto a la cortina de la ducha y se acostó a ver televisión con la luz apagada. Apagó el televisor a las tres de la mañana, pero nunca lo supo.

Se despertó antes del sonido despertador de su despertador, pero siguió acostado pensando en el sueño que había tenido y en que pronto lo olvidaría. Cuando sonó se levantó de inmediato. Apagó el despertador. Miró por su ventana. Fue hasta el baño y recordó que había dejado las toallas junto con la ropa que debió recoger la tarde anterior. Aceptó el hecho de no bañarse. Se lavó los dientes, se echó desodorante y caminó hasta el trabajo.

Una vez en la oficina, bebió un poco de café y revisó los mails. Necesitaba entrar a su casilla y la computadora tardaba demasiado: era la primera vez que ella le mandaría ese tipo de fotos. La distancia que los separaba lo ameritaba.

Al entrar, ningún mail.

Abrió la carpeta y revisó una vez más sus fotos nuevas.

Le parecían increíbles.

Miró las otras que él le había mandado la primera vez y pensó en mandarle la segunda tanda. La odió por un momento y cerró la casilla: tenía que esperar las fotos de ella. Tuvo una excitación al ver esas fotos pudorosas y pensar que alguien más podría verlas. Quería mostrarlas… si no a ella, tendría que encontrar a una más osada. Pero ese era el último vínculo que podrían tener y quiso esperarla.